Cantalejo, Navafría, Marazuela, Chañe, Cuéllar, Membibre de la Hoz, El Sotillo, Santa María la Real de Nieva, Pedraza, Trescasas, Espirdo, Turégano, Fresno de Cantespino, Riaza o Lastras del Pozo son algunos de los pueblos con cuyas corporaciones locales y vecinos, el presidente de la Diputación, Miguel Ángel de Vicente, ha querido compartir unas horas de fiestas a lo largo del último mes.
Consciente de que, tras dos veranos de prudencia y parón debido a la situación y las recomendaciones sanitarias, los habitantes de la provincia han recuperado sus festejos "con ganas, entusiasmo, devoción y entrega a partes iguales", De Vicente afirma que "poder acompañar a muchos segovianos en los días grandes de sus municipios es un honor y además pretende ser un gesto de agradecimiento, tanto a los alcaldes y concejales de la provincia, como a los vecinos, por el sentido de responsabilidad y civismo que han demostrado durante estos dos años difíciles".
El presidente de la Diputación, que esta mañana ha acompañado, junto a varios miembros de la corporación provincial, a los vecinos de El Espinar y al alcalde de la localidad, Javier Figueredo, en la Eucaristía y la procesión en honor al Cristo del Caloco, y que tiene previsto estar presente esta tarde en parte de las celebraciones de Cabezuela y Carbonero El Mayor, considera que "haber recuperado las fiestas durante este verano no sólo ha servido para que varias generaciones compartan tiempo de entretenimiento y diversión, sino también para poner de manifiesto y en valor la multitud de tradiciones que guardan los rincones de los pueblos segovianos y que hacen que el patrimonio cultural e histórico de la provincia tenga un valor incalculable que merece la pena cuidar y conservar".